24 mayo, 2009

La congelacion de los recuerdos

Ahora mismo me iría a un país frío, no se, el mas frío del mundo o del universo y me quedaría allí esperando, pero no esperando a nadie, solo esperaría a congelarme e ir notándolo poco a poco, desde el principio hasta el final, hasta terminar siendo un bloque de hielo mas en el paisaje.
Que el frío empiece por los dedos del pie, quietos y estáticos, luego los tobillos y las piernas, ya nunca me podrán llevar hacia a ti ( ni siquiera inconscientemente), notaría como sube, por la cintura y el estomago, pero antes de que el frío pase por el pecho y el corazón seguiría por los hombros y todas las articulaciones del brazo incluida la muñeca y de ahí poco a poco irán paralizandose las manos, los dedos ya no se moverán tampoco.
Una vez congelada las huellas dactilares volverá al pecho, y aunque el frío lo intenta, el corazón no se congelara hasta que no se haga algo con los recuerdos, asi que, el frío hielo correrá por el cuello y la barbilla donde encontrara algunas gotas de agua salada a punto de caer, que le guían directamente a los ojos que nunca volverán a verte... las cejas, la frente y el ultimo pelo, todo esto pasara muy rápido porque lo que realmente hace falta para acabar todo el proceso de congelación es la solidifcacion de cada recuerdo para terminar en el corazón, esa es la parte complicada.
Una vez en el cerebro, ira directo al hemisferio derecho y luego al izquierdo, el izquierdo es mas difícil (dicen que es la parte del cerebro que se encarga de que reconozcamos una cara en medio de la multitud) pero se encontrara con el famoso hipocampo donde realmente están todos los recuerdos apilados, en mesas y estanterías, en cajones y carpetas, entre libros y libretas, todo muy desordenado y polvoriento.
Parecía que el frío nunca ganaría y el proceso de congelación nunca finalizaría por culpa del desorden de recuerdos... incluso parecía que se iba a invertir el proceso en ese punto, ya que se se verían aparecer varias gotas de agua salada saliendo por una pequeña grieta en los ojos , pero no fue así, de repente se escucharía un crujido fuerte, los recuerdos se había hecho hielo, asi que el corazón ya no opone resistencia, se deja llevar, se deja hacer, se deja congelar.
Eso si, los recuerdos se congelaron, pero nunca desaparecieron, por lo tanto alguna vez cada mucho tiempo se escucharía un pequeño latir de corazón en ese país, en ese lugar tan frío que cuando vaya me quedare congelado para siempre.

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