13 junio, 2012

Con aquella moneda, en aquella fuente, desee que aquello no terminara nunca, pero creo que lo dije en voz alta con los ojos, porque en aquel momento la felicidad me sobrepasaba y sobreactue.
Y ahora ni tengo la moneda ni puedo tener ese momento, pero si tengo un dolor que duele y que duele tanto que dejo de ser consciente de mis acciones y se me hace imposible entender la vida sin ese sentimiento de cercanía hacia otra persona. Y no se como, he perdido el derecho de volverle a ver, he perdido cualquier derecho de acción, incluso viviendo cinco horas por delante de el.
Ahora solo deseo que el dolor no duela, que llorar en la calle sea algo rutinario para todo el mundo y que no exista el desamor, ni para mi ni para nadie, y menos para el.
Sigo totalmente desubicado y triste. Aparece, por favor.


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